domingo, 10 de junio de 2007

Formas de Vida


Si la imagen con la que nos representamos al capitalismo industrial está vinculada a las máquinas pesadas, a las estructuras piramidales rígidas, al ruido intenso, a la serie, a la masa, a los tiempos secuenciales de la cinta de montaje, en el informacionalismo la representación virtual es completamente diferente. “Una arquitectura informacional es una arquitectura de flujos y movimientos y alienta las relaciones de tiempo real por encima de las distancias; es un arquitectura de la descontextualización, de la comprensión del tiempo y espacio (Lash). Estaríamos situados, entonces, en la metamorfosis de lo lineal-secuencial a lo rizomático-reticular.

En este contexto de metamorfosis, las formas de vida –entendidas como “las formas de hacer las cosas”– incluye la concepción histórica. En la re-configuración social determinada por el paradigma tecnológico de la información, las formas de vida están signadas por las siguientes características: No-linealidad y el desarraigo, deviniendo formas tecnológicas de vida, en las cuales comprendemos y significamos el mundo a través de sistemas tecnológicos. “Enfrentamos nuestro medio ambiente en interfaz con los sistemas tecnológicos. En mi condición de interfaz orgánico-tecnológica, digo: “no puedo funcionar sin mi teléfono móvil. No puedo funcionar sin mi laptop.”(Lash)

Los principales cambios por los que atraviesan las formas de vida están relacionados con el desplazamiento del principio de organización nacional por un principio de configuración global, la lógica de la información desplaza a la lógica industrial y la lógica de lo social es desplazada por la lógica cultural.

-Los espacios-

En el industrialismo las formas de vida estaban determinadas por la soberanía del Estado Nación, el cual imprime una topología lineal a la organización social. Dentro de su espacio físico los cuerpos se ordenan a través de líneas continuas que interconectan a sus correspondientes elementos. Las rutas nacionales, los ferrocarriles, los cableados telefónicos y las redes eléctricas son la infraestructura de la organización lineal de un cuerpo social. De esta manera se constituye una red centralizada interconectada secuencialmente, es decir para ir de A a C tengo que pasar indefectiblemente por B.

En la sociedad reticular, posibilitada por las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, la soberanía espacial del Estado-Nación es fragmentada, desterritorializada y la linealidad secuencial subsumida por los enlaces reticulares no-lineales y descentralizados. “El estado no desaparece como cosa; se agota la capacidad que esta cosa tenía para instituir subjetividad y organizar el pensamiento” (Lewkowicz)

Mientras que el lazo social en situación estatal era rígido y estaba sostenido por una experiencia en común, en las nuevas ciudades globales los enlaces se definen por los flujos de información, conocimiento y capital. Si el flujo se conserva constante entre los nodos de la red los espacios socio-técnicos permanecen dentro de las “zonas vivas”.

La comunicación entre nodos se realiza por medio de puertos no lineales y discontinuos: aeropuertos, telepuertos de telefonía móvil, puertos de módems, portales de Internet. “Moverse de puerto en puerto no es desplazarse en línea recta sino saltar de un lado a otro (…) en este sentido las redes son no-lineales y discontinuas”. (Lash)

Las ciudades globales interconectadas en red están plagadas de espacios genéricos intercambiables. Estos espacios no están determinados por contextos nacionales, sino todo lo contrario: se encuentran descontextualizados. Las grandes empresas trasnacionales son espacios genéricos, un Mc Donald’s es intercambiable con otro, podría estar en Tokio, París o Hong Kong. Estos espacios, al no estar subordinados a las estructuras de subjetivación de los Estados-Nación, los sobrepasan, se extienden más allá de sus fronteras territoriales fracturando la linealidad espacial-nacional.

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